Para llegar a los niños perdidos como yo

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Luis Magandi y su familia viven en Melchor (Guatemala), un pueblo fronterizo con Belice. Regentan una pequeña pizzería para ayudar a sostener su ministerio de plantación de iglesias. La semana pasada, un joven llamado Estuardo entró en su tienda con la esperanza de encontrar trabajo. Mientras hablaban, Estuardo le contó a Luis que acababa de dejar su casa, a 400 kilómetros de distancia, en busca de un lugar seguro donde vivir. En su ciudad natal, una banda local se le había acercado para pedirle que se uniera a ellos. Cuando se negó, le dispararon...cuatro veces. Sobrevivió de milagro. Estuardo dice que cree que Dios existe, pero que no sabe mucho de Él y quiere aprender. Luis está encantado de poder hablarle de Jesús, no sólo porque le apasiona el Evangelio, sino porque él mismo conoció al Señor en una situación similar.

Luis también se escapó de casa de joven. Con sólo diecinueve años, abandonó Guatemala y se trasladó solo a Belice. Su familia se había roto y él buscaba desesperadamente una nueva vida y respuestas a su dolor. Luis dice que en aquella época no sabía nada de Dios, y esperaba que un cambio de aires bastara para mejorar las cosas. Una vez en Belice, un misionero llamado NT Dellinger se acercó a él y le compartió el evangelio, le invitó a la iglesia y siguió desarrollando una amistad con él.

Después de trabajar como pescador durante un tiempo, Luis se dio cuenta de que Belice no satisfacía lo que su corazón buscaba, y se preparó para mudarse de nuevo. Cuando se lo contó a NT, su amigo le miró y le dijo: "Puedes ir a Canadá, a Estados Unidos o a cualquier otro país del mundo y seguir sintiéndote vacío, ya que todo reside en el corazón, y sólo hay Uno que puede llenarlo para siempre." Aquella noche, Luis se hizo cristiano y su corazón se llenó de una alegría explosiva que nunca había conocido. Inmediatamente empezó a compartir el Evangelio con los que le rodeaban, y no tardó en entrar en el ministerio profesional.

Ahora Dios ha cerrado el círculo de la historia: Luis ha pasado de ser el niño perdido al misionero. Su corazón está con un joven que le recuerda tanto a su juventud. Por favor, ¡oren al menos una vez hoy para que Estuardo conozca a Jesús!

Plantación de iglesias

Aunque Luis ministra a Estuardo en la pizzería, la mayor parte de su ministerio tiene lugar fuera del restaurante. En estos momentos coordina la fundación de cinco iglesias. Cada dos semanas, conduce más de 600 kilómetros para visitar, aconsejar y animar a las familias que pastorean estas nuevas iglesias. Está encantado de ver cómo Dios provee nuevos líderes jóvenes para compartir Su amor en Guatemala. Aunque Luis estima que el 60% de la cultura está involucrada en la iglesia católica de alguna manera, normalmente es por obligación familiar. Al igual que Estuardo, muy pocas personas conocen a Jesús. Estas jóvenes iglesias representan la esperanza de que la gente experimente la misma alegría que el amor de Dios le ha dado a Luis.

Hace seis meses, Missions Door se unió a Luis y su familia para ayudar a establecer estas incipientes iglesias. Luis está muy agradecido por su colaboración.

Cómo ayudar

Luis necesita un vehículo nuevo para poder llegar a estas iglesias lejanas. Su coche actual tiene catorce años y ha comenzado a romperse en su viaje (la última vez se quedó atascado en el lado de la carretera durante cinco horas). Oren para que Dios provea un carro que pueda manejar el terreno irregular y que mantenga a Luis seguro mientras comparte el evangelio.

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