Haití

A pesar de las luchas y los contratiempos, una isla despreocupada da prioridad a la familia

Haití se convirtió en el primer país moderno del mundo gobernado independientemente por ciudadanos negros después de que una revuelta de esclavos lograra la independencia de Francia en 1804. Para celebrar el Día de la Independencia, el 1 de enero, los haitianos se reúnen para una comida tradicional de sopa de calabaza.

Tras el terremoto de magnitud 7,0 que sacudió Haití en 2010, se calcula que murieron 300.000 personas y una quinta parte de la población del país se quedó sin hogar. Los problemas políticos y de salud pública han limitado el ritmo de recuperación, pero la reconstrucción continúa.

Las playas arenosas y las aguas cristalinas de Haití compensan su accidentado paisaje montañoso. El país genera ingresos de la agricultura, la minería, la industria manufacturera y el turismo. Los visitantes disfrutan de los mercados de arte de Puerto Príncipe, las playas de palmeras y lugares históricos como la Citadelle Laferrière.

Los campesinos y los trabajadores urbanos afrontan la vida con despreocupación y dedicación a la familia. Las generaciones más jóvenes muestran respeto por sus mayores. Las familias conceden un enorme prestigio a la educación, aunque la calidad de las escuelas haitianas varía enormemente.

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Instantánea cultural

Los haitianos pintan autobuses escolares y camionetas -llamadas camionetas o tap taps- con diseños coloridos, y a menudo les ponen nombres personales.

Hecho de fe

Aproximadamente la mitad de la población de Haití practica un vudú que mezcla tradiciones católicas, africanas y taínas.

Perfil del país

Población: 10 millones, 34% de 0 a 14 años

Religiones mayoritarias: 80% católicos, 16% protestantes

Idiomas: Francés (preferido para el comercio), criollo

Alfabetización: 60%.

Pobreza: 60%

Personas que viven con el VIH/SIDA: 150.000